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Saturday, June 27, 2020

UN NUEVO LIBRO


 


https://www.amazon.com/dp/B08BTTV9JZ

LIBROS DE LA NUEVA INSPIRACION: Un camino para conocer y entender al Eón Infinito (Dios)

 

 

 

 

"Esta colección de escritos tiene un propósito primordial, ser una inspiración para una comprensión de esa categoría filosófico y teológico que llamamos Dios. No se trata de formar una nueva ekklesía, una nueva religión o un nuevo credo. Se trata de una manera diferente de interpretar a Dios y de tratar de comprenderle. La base de todos los escritos es el cristianismo, pero no desde la óptica del cristianismo paulista ni desde los lineamientos teológicos contenidos dentro de la Biblia cristiana. Se trata de una integración de distintos modos de ver a Dios, judaicos, gnósticos y budistas. La Biblia solo aparece como referencia, e incluso se denomina dentro de estos textos como “el libro viejo”.Se responde a la pregunta fundamental de la filosofía de que fue lo primario, si la materia o el espíritu, dando una respuesta ecléctica a la misma, tanto la materia como el espíritu son coexistente en la infinitud, y eternos. Dios no crea desde la nada; el construye, programa y ordena el caos, y para ello utiliza como medio a la materia inerte. Dios no es un quién, sino un qué, pero tampoco es un algo, una cosa. Dios es un ente que existe, que es, que puede ser, solo percibido por lo espiritual; no tiene cuerpo, no tiene partes visibles, no captado por los órganos del sentido".

Monday, June 15, 2020

Cuba – Resistencia noviolenta Comentarios. Capítulo V


Mario J. Viera



Reproduzco el Capítulo V del libro que ya tengo publicado en Amazon. donde teorizo sobre los principios de la Resistencia noviolenta aplicados a Cuba frente al régimen castrista, aunque realmente no es un libro sino un folleto de solo 75 páginas. Espero que lo encuentren interesante.


La memoria histórica

Hay un aspecto sobre el cual deben actuar los conductores de la lucha noviolenta para generar confianza, credibilidad y adhesión a las propuestas de desafío político al régimen de opresión: remodelar la conciencia social que solo ve, como única solución, la de deshacerse de los que llegaron al poder por la vía armada empleando sus mismos métodos. Esta conciencia del poder por la fuerza hace restar resistencia a enfrentar a un régimen sustentado en el poder militar. En toda sociedad existe una memoria histórica que exalta a los que por el recurso de las armas alcanzaron los lauros. Solo, en esa memoria, destacan como héroes epónimos, aquellos que lograron triunfos en grandes batallas militares. Jacques Semelin, refiriéndose a la época de la Segunda Guerra Mundial y de la ocupación de Francia por las tropas alemanas, expresa: “Si nuestra memoria colectiva sólo retiene de la historia los hechos de violencia, es evidente que las soluciones que podemos hoy dar a los problemas de la guerra no pueden ser sino soluciones militares[1].

¿Cuál es la memoria colectiva de la historia que perdura entre los cubanos?

Toda nuestra historia se ha formulado sobre la violencia, desde las luchas de los vegueros contra el estanco del tabaco del siglo XVIII, que concluyó con la fallida insurrección del 23 de febrero de 1723, pasando por las conspiraciones de la escalera, del Águila Negra y la de los Rayos y Soles de Bolívar, hasta las sublevaciones de José Antonio Aponte del 15 de marzo de 1812 y la de Joaquín de Agüero del 4 de julio de 1851, para luego desencadenarse las tres contiendas por la independencia nacional. Posteriormente, durante la república, la protesta armada de los Independientes de Color en mayo de 1912, la insurrección de la Chambelona de 1917 y las conspiraciones y lucha armada urbana contra la dictadura de Gerardo Machado en 1933. Por último, la guerra revolucionaria contra la dictadura batistiana desde las sierras orientales y el Escambray, que entronó definitivamente en el poder a Fidel Castro, y la oposición armada en rechazo a la nueva dictadura, por las guerrillas contrarrevolucionarias del Escambray. El concepto de patriotismo se vincula indefectiblemente con el acto viril del alzamiento en armas o con el reclamo, esculpido en bronce, de “Morir por la patria, es vivir”.

Rebelión se asocia mentalmente con la respuesta violenta ante las arbitrariedades y desmanes de una tiranía. La Constitución de 1940 reconoció legitimidad a la rebelión, a “la resistencia adecuada para la protección de los derechos individuales”. De este modo se justificaba la algarada del 26 de julio de 1953, ¡Resistencia!; el asalto al cuartel Goicuría de Matanzas el 29 de abril de 1956, ¡Resistencia!; el alzamiento de la ciudad de Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, ¡Resistencia!; el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957, ¡Resistencia!; los atentados y los sabotajes producidos durante la mal llamada Huelga General del 9 de abril de 1958, ¡Resistencia!; resistencia eran también los actos de atentados y sabotajes que llevaron a cabo los grupos urbanos anticomunistas y los alzamientos en las montañas del Escambray en los años de la década de los 60.

En la memoria colectiva histórica de los cubanos los héroes tienen nombres de combatientes: Ignacio Agramonte, Carlos Manuel de Céspedes, Antonio y José Maceo. Calixto García, Máximo Gómez, Camilo Cienfuegos, Frank País, José Antonio Echeverría, Perico Sánchez, Osvaldo Ramírez, Zoila Águila Almeida... Como muy bien lo dice Carlos Vaquero: “La virtud del héroe estaba ligada al recurso a la violencia para llevar a cabo sus hazañas y la unía a valores como el coraje, la virilidad, la audacia, el sacrificio, la nobleza, el honor, la justicia y la libertad”[2].

En la memoria colectiva histórica quedan olvidados muchos otros, también héroes, que jamás recurrieron a métodos violentos para el reclamo de los derechos civiles; porque no se rememora otras formas de lucha de carácter noviolento que se han practicado en Cuba. Declaraciones, protestas cívicas, huelgas de carácter político o de carácter social se produjeron en Cuba en diferentes épocas como manifestación de métodos de lucha noviolenta, como fuera la Huelga de los aprendices de 1902, conflicto iniciado cuando los tabaqueros de la fábrica La Carolina exigieron que se aceptaran como aprendices en la industria tabacalera a jóvenes cubanos, un derecho que hasta entonces solo estaba reservado para extranjeros.

Como informa Dimas Cecilio Castellanos Martí, “el rechazo patronal desató un violento conflicto que paralizó la vida económica de la capital y se extendió a otros sectores y regiones del país. Aunque las demandas no fueron satisfechas inmediatamente, desde ese momento, gracias a la mediación de un grupo de Veteranos de la Guerra de Independencia, la negociación indicó el camino más viable para el desarrollo de las relaciones obrero-patronales[3]. En febrero-junio de 1907 se desata la Huelga de la Moneda impulsada por los tabaqueros que exigían el pago de sus haberes en moneda americana en lugar de la circulante hasta entonces de la española. Esta huelga contó con un poderoso apoyo entre los trabajadores de otros sectores y con el auxilio de los tabaqueros de Tampa, Cayo Hueso y New York. En los años 30, el sindicalismo cubano desarrolló un movimiento en contra del régimen de Gerardo Machado que puede ser concebido como actos de noviolencia. Dima Castellano refiere que “en la zafra 32-33 pararon 25 ingenios y más de 100 colonias de caña. En 1933 la ola de huelgas alcanzó el transporte urbano de La Habana. Ante el Estado de Emergencia decretado por el gobierno, los trabajadores lanzaron la huelga general del 5 de agosto que contó con el apoyo de todos los sectores sociales, algo sin precedentes en la historia de Cuba (…) Paradójicamente, Machado, que había asegurado que ninguna huelga duraría más de 24 horas, salía del poder precisamente por la huelga más fuerte del movimiento obrero cubano”. La huelga del 5 de agosto, pese a la traición de la Central Nacional Obrera de Cuba (CNOC), bajo control del Partido Comunista de Cuba, que pidió, la cancelación del paro general, cuando Gerardo Machado prometiera que legalizaría al Partido Comunista. La huelga general no se suspendió y, el 12 de agosto, Machado abandonaba el poder.
 
Así vistos estos antecedentes podemos coincidir con el punto de vista del ya citado Semelin: “si recogemos del pasado las huellas de otra historia, de otra defensa, de una resistencia no militar que ha mostrado aquí y allá su eficacia a lo largo de los siglos, entonces el discurso moderno sobre la defensa no puede encontrarse sino profundamente transformado. Es, pues, fundamental para la credibilidad de una alternativa noviolenta a la defensa, buscar las raíces históricas, sus manifestaciones en las distintas épocas, regímenes y culturas”. 

Ciertamente, la lucha, la resistencia revolucionaria con el empleo de la violencia tiene un halo romántico. ¿Pero qué significa “resistencia”? La resistencia implica una participación popular en contra de un régimen o de una fuerza extrajera de ocupación, pero esa participación puede asumir, tanto la forma de resistencia violenta, con las armas en la mano, como la resistencia cívica con rechazo al enfrentamiento violento, al atentado, al sabotaje a la respuesta con las armas. Los héroes de la resistencia noviolenta no son este o aquel que se enfrenta a la muerte con gran hidalguía, sino todo un colectivo, en el que, todos tienen una participación que, tal vez, resulte anónima.

Hay más heroísmo en un enfrentamiento noviolento contra un régimen que recurre a la violencia de la represión policiaca, militar o paramilitar para acallar las protestas, que el enfrentamiento a ese mismo régimen haciendo uso de las armas.



Sobre el libro:



La resistencia popular al régimen impuesto en Cuba ha estado presente, tanto de manera disimulada como abierta, principalmente desde 1968. De maneras sutiles muchos, actuando aisladamente, han expresado su descontento con el sistema que impulsó Fidel Castro desde el mismo momento en que tomó el poder político de la Nación. La resistencia violenta de los años de la década de los años 60, dejó una larga estela de sangre derramada en los paredones de fusilamientos por los rebeldes, difamados como bandidos y mercenarios y como autores de los más atroces asesinatos de civiles. En 1988 apareció una forma nueva de hacer resistencia al gobierno del Partido Comunista; la resistencia por la vía civilista de la defensa de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En 1991 crece el número de organizaciones disidentes que se definían como “opositores pacíficos”. En 2003, Castro ansioso por liquidar al movimiento opositor que crecía en extensión lanzó la represión en contra de la oposición y del periodismo independiente llevando a prisión a 75 opositores. La oposición que en Cuba se declaraba “oposición pacífica”, comenzó a transformarse en una “oposición pasiva”, sin decidida voluntad de lanzar el reto político al régimen y de impulsar una inteligente labor de proselitismo dentro de las masas populares. De aquí surgió la idea de este trabajo, que algunos recomendaron sería buena idea publicar. Esta monografía, inspirada en la teorías de la resistencia noviolenta de Gene Sharp no pretende sentar pautas en la labor opositora en Cuba; su propósito es el de aportar criterios que, de algún modo pudieran servir de base para organizar un verdadero movimiento de resistencia noviolenta en Cuba.



[1] Jacques Semelin. A la búsqueda de nuestra historia. Dossier nº2 de la revista "Non-Violence politique" traducido por Revista Oveja Negra nº 33. Noviolencia.org
[2] Carlos Vaquero. La noviolencia como filosofía y acción política. Página Abierta, 220, mayo-junio de 2012, y 221, julio-agosto de 2012.
[3] Dimas Cecilio Castellanos Martí. Nacimiento, desarrollo y muerte del sindicalismo cubano. Historia del Movimiento Sindical Cubano, Profesor Castro 2002

LA COLECCIÓN DE AMIGOS, ALIADOS Y ENEMIGOS: Un anális crítico de la era del castrismo

Mario J. Viera


Si te interesa conocer qué es y cómo funciona el sistema implantado en Cuba desde 1959. Podrías tener una idea de lo que es y ha sido el castrismo en Cuba leyendo estos tres tomos en los que dividí todo el tema. Cinco años emplee en su confección. Durante todo ese tiempo me dediqué a buscar información útil para la confección de este trabajo.

A lo largo de ese tiempo consulté una enorme bibliografía, tanto de autores oficialistas como de autores anticastristas y autores independientes; incluso tomé notas de lo dicho por Fidel Castro y hasta Ernesto Guevara, alias Che. Seleccionaba escrupulosamente a los autores entre aquellos que elaboraban los mitos del castrismo y entre aquellos que toda la historia de ese régimen se elaboraba sobre una leyenda negra. Apelé a mi memoria y me decidí por expresarme libremente.

¡Claro es que conozco de primera mano el sistema de partido único impuesto en la isla por Castro y sus colaboradores! Fui miembro de una de las células insurreccionales del Movimiento 26 de Julio, le di mi apoyo por mucho tiempo, hasta el día cuando me negué a que otros pensaran por mía y decidirme por mis propios criterios y análisis que me hicieron comprender, que estaba en la trinchera equivocada. Cuando, en Cuba se inicia el movimiento civilista en pro de los derechos humanos y surgía un movimiento opositor noviolento contra el régimen, en seguida me incorporé en aquel nuevo y contestario movimiento. Conocí las cárceles del régimen cubano, donde se encierran a los de conciencia libre junto con criminales de la peor laya. Conocí lo que era vivir al borde de la miseria, al ser despojado de mi empleo y del ejercicio profesional de mi grado de Ingeniero Agrónomo por oponerme al sistema.

Entre 1998 y el 2000 actué como periodista independiente, haciendo el periodismo de contrapartida al oficialista del gobierno.

Ahora, recientemente logré publicar por Amazon estos tres tomos, que ya están al acceso de todo el público.

He aquí el Primer Tomo



La Revolución cubana fue un mito desde antes que las gavillas serranas asumieran el control del Estado. Este primer tomo es un bosquejo del periodo insurreccional hasta la fuga de Fulgencio Batista, el Primero de enero de 1959, y la llegada al poder de Fidel Castro. En especial se analiza la asonada del Moncada, la fuga y captura de Castro por las fuerzas del Ejército Regular, el juicio seguido contra él y a su alegato de defensa que más tarde se conocería como "La Historia me Absolverá". Se estudia, desde un punto crítico, toda la campaña rebelde del Movimiento 26 de Julio, para demostrar que la "victoria rebelde" se debió a causas muy diferentes a las que propala el mito revolucionario. Un espacio especial se dedica al tema de la Carta de México firmada por Castro y José Antonio Echeverría, los preparativos para la expedición del Granma, los entrenamientos en México, el choque de los moncadistas con los cuerpos de seguridad de ese país; el asalto al Palacio Presidencial por el Directorio Revolucionario, la figura de Frank País, su muerte, y las contradicciones entre la sierra y el llano; el Segundo Frente Nacional del Escambray, la invasión de las columnas de Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara y las confrontaciones en el Escambray entre los tres grupos insurreccionales que disputaban su hegemonía sobre el macizo montañoso del centro de la isla. La toma de Santa Clara por las fuerzas de Ernesto Guevara y el ataque al tren blindado que la dictadura batistiana enviara como refuerzo se analizan desde un punto de vista diferente al sustentado por la propaganda castrista.

El segundo tomo es el relato histórico de como con la caída de una dictadura, la de Fulgencio Batista implantada después del golpe de estado del 10 de marzo de 1952, se comenzó a implantar una nueva dictadura en Cuba, la del castrismo, desde el primero de enero de 1959.



Este segundo tomo trata el desarrollo del castrismo, desde la caída del gobierno de Fulgencio Batista hasta el momento posterior a la Crisis de los Misiles en 1962. Se estudia, desde un punto crítico, todo el proceso que conduce al establecimiento de una dictadura en sustitución de la dictadura de Fulgencio Batista. La tesis de este segundo tomo es la que plantea que, en contrario con la opinión más socorrida, de las proyecciones marxistas-leninistas de Fidel Castro, la realidad es que, desde el inicio, su línea de pensamiento estaba más próxima a fascismo que al comunismo

Un espacio especial se dedica al tema de la Reforma Agraria, considerado desde un punto de vista tanto político como agronómico. Se analiza el movimiento de resistencia que desde los primeros días se formó dentro de determinados sectores de la sociedad cubana, especialmente entre antiguos combatientes de la insurrección antibatistiana; así como el surgimiento de la Vendée cubana que constituyó la lucha guerrillera en contra del régimen comunistas y sus vínculos con la Agencia Central de Inteligencia. Tomando como base, documentos desclasificados de la CIA y del Departamento de Estado, se hace un estudio pormenorizado del proceso de Bahía de Cochinos y de la Crisis de los Misiles.

Y el tercer tomo donde se trata el tema del “socialismo” que erigió Castro y que nunca termina de ser construido.



Con este nuevo tomo se cierra la serie de “Amigos, aliados y enemigos. Un análisis crítico de la era del castrismo”. Fidel Castro, ¿se proponía desde el inicio instaurar en Cuba un sistema socialista? Muchos piensan que sí; pero lo cierto es que Castro, simpatizante de las corrientes fascista se proponía implantar en Cuba un régimen de Estado corporativo siguiendo el modelo de Benito Mussolini, y las experiencias, en este sentido de la Argentina de Perón y el México del general Lázaro Cárdenas. Sin embargo, su régimen corporativo tuvo necesidad de adoptar las estructuras de un régimen de Socialismo Real ante las agudas confrontaciones que enfrentaba con Estados Unidos. Necesidad de supervivencia con el apoyo soviético. El socialismo al estilo castrista se convirtió en una hibridación entre el fascismo y el marxismo. Total fracaso.

UN NUEVO LIBRO

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